Tengo dolor de cabeza y un cansancio mullido de ese que te deja los miembros sin fuerzas, como rellenos de guata blanca y espumosa. En este domingo medio lluvioso medio soleado, arrastro una resaca emocional enorme.* En mis oídos han seguido resonando tantas voces. Siento que debo hacer algo con ellas: sacarlas para encontrarles un sentido, para que se conviertan en otra cosa, para que dejen de pinchar, para saborearlas como se merecen. Lo que viene a continuación es una recolección de cosas que me han ocurrido estos días y reflexiones que sigo haciendo después.
jueves
día a partes iguales de culpa y fastidio: demasiadas cosas pendientes, hilos que rematar, lugares en los que estar, cuidados que ejercer que, desde la prisa y los malabarismos, se sienten insuficientes y gravosos al mismo tiempo. día de controlar mis expectativas sobre los demás, de intentar comprender y abrazar las incoherencias de otros, consciente de que yo misma tengo también muchas. día de no llegar a todo, de llegar a medias. un día de esos en los que me agobio por cosas que no han ocurrido todavía, que ni siquiera sé si van a ocurrir. día de tomar aire lentamente por la nariz para que se deshaga el nudo que yo misma provoco.
viernes
el día viene fuerte porque tengo miedo de que se quiebre el reducto tranquilo que he construido gracias a circunstancias inesperadas y ajenas a mí. hago las cosas con cautela, intento explicarme bien, que nada se malinterprete. mientras camino esta cuerda tendida entre edificios que a mí me parecen altísimos, vienen los mosquitos a comerme la oreja, la cantinela de siempre, por qué tú, por qué tú, quién eres, qué haces ahí.
En la poesía no se puede mentir porque se nota. ¿estoy mintiendo? ¿es fingir seguridad una mentira? ¿es sonreír angustiada una mentira? ¿miento cuando aprieto los dientes para seguir un poco más? ¿y cuando no corrijo suposiciones?
un aguijón: quién no está. a quién echo en falta. veo cómo se separan nuestras líneas de la vida.
una tirita: mira a tu alrededor. aquí sí. estamos. somos. juntes.
un poco de frío incómodo. cervezas a cinco euros. un punto sobre la i.
sábado
otra vez aprieto los dientes porque no vayas a llorar lo que no te toca, no seas ridícula. hablo poco o mucho, canto demasiado alto. me mancho lo justo. me reprendo por ello. no es cierto que le caiga bien a todo el mundo.
me recibe entre risas un apelativo que había olvidado por completo. creo que no he oído bien. lo obvio. lo olvido. pero algo queda bullendo.
me sorprendo una y otra vez de la carencia de información fundamental. comadres, tenemos que compartir lo que sabemos. tenemos que contárnoslo todo, tenemos que perder el miedo a preguntar. también en ese lugar que parece tan idílico desde fuera. no competir, compartir. compartamos información, porque la información es poder. no estamos en competencia, vamos en compañía.
¿en qué medida soy responsable de la imagen que otres se construyen sobre mí a partir de lo que muestro? ¿qué narrativa creo cuando me (sobre)expongo y cuánto control tengo sobre ella?
¿dejaremos alguna vez de creernos margen? ¿cómo dejar de mirar, aunque sea para situarnos aquí, hacia ese otro lugar que no es en el que estamos?
muchas ganas de asaltar confiterías, más ganas aún de extender esta utopía
intento asaltar la noche pero al final me quedo en el asiento más cómodo. de vuelta en el metro, por mi cabeza desfilan todas las conversaciones que no me he atrevido a sostener. [pánfila: lenta en obrar]

epílogo
nos damos el tiempo que nos engarza, lo echábamos de menos. a borbotones, el deshielo.
lo que quedó bullendo rebosa. toma cuerpo la palabra, el recuerdo, la herida y las preguntas.
queda la necesidad de verterlo todo en otro cuenco. que tome otra forma. que desborde o colme.
*fruto de estar presente de diversas formas en E.L. Queer III.
Lo que compartes me llega bastante. Esa sensación de arrastrar una resaca emocional, las voces que no paran, y la necesidad de ordenar todo lo que está dando vueltas en la cabeza… es algo que todos podemos sentir en algún momento. Me gusta cómo hablas de la importancia de compartirnos y de la narrativa que mostramos a los demás, realmente es algo que me hace pensar.
Disfruto tanto leyéndote!